Al cabo de 110 días desaparecidos, familiares y amigos que habían reiniciado el fin de semana último la búsqueda de manera independiente, efectuaron el martes el hallazgo de los cuerpos de los escaladores magallánicos Marcelo Alejandro Díaz Magri (30) y Carlos Andrés Ortiz Zamora (25), cuyo rastro se perdió el pasado 23 de agosto cuando partieron a la cordillera Chacabuco, en la provincia Ultima Esperanza. Según confirmó ayer Francisco Ortiz, hermano de Carlos que participó en el operativo, los cadáveres estaban juntos, semienterrados en la nieve, con todo su equipamiento. Particularmente el fuerte viento reinante ayer, no permitió la operación del helicóptero de la Fuerza Aérea de Chile en el área del hallazgo, por lo que recién en esta jornada se intentaría el rescate de los cadáveres por aire. En caso de no ser posible, el traslado se hará por tierra. El pasado 29 de noviembre los padres de los andinistas recibieron en Punta Arenas una comunicación de la Fiscalía de Puerto Natales donde se les informaba que a raíz de los antecedentes disponibles, la causa investigativa por “presunta desgracia” de ambos jóvenes se archivaba provisionalmente (se suspendía la investigación) hasta tener nuevos y mejores datos que permitan reabrir la misma. En el viaje que realizaron a Natales el martes de la semana pasada, fueron informados por Carabineros que la búsqueda de sus hijos se podría reanudar recién en febrero próximo, donde se esperaba se produjera el deshielo esperado para dar con los cuerpos. Frente a tan adverso escenario, los familiares y amistades decidieron por sus propios medios subir a la montaña con la única misión de encontrar a los jóvenes. INEXPERTOS Sin contar con ninguna experiencia en montañismo, se hicieron asesorar y acompañar por el suboficial de Ejército (r) Fernando Bravo, quien tiene una larga experiencia en alta montaña, además que había participado como colaborador en las búsquedas anteriores. Se dividieron en dos grupos para enfrentar la ardua tarea. En la madrugada del sábado 8 de diciembre salieron desde Punta Arenas, para llegar a las 9 horas a Puerto Natales. Ese día el frente de mal tiempo les impidió enfrentar el ascenso a la cordillera debido a que el grupo -integrado por Fernando Bravo, Javier Suárez, Gustavo Contreras y Francisco Ortiz- había decidido llegar por mar (a través del seno de Ultima Esperanza) hasta el cerro. Esto lo pudieron hacer el domingo a las 5 de la mañana para comenzar a subir tres horas después, levantando su campamento en las cercanías donde fue ubicada la instalación base el 13 de septiembre. El lunes buscaron infructuosamente hacia el oeste del cordón montañoso. “Al día siguiente salimos a las 10 de la mañana con destino al sector donde Carabineros decía que había 12 metros de nieve. Yo estuve parado sobre una piedra; nunca hubo esa cantidad de nieve”, manifestó Francisco Ortiz. A las 15,15 horas del martes divisaron sus cuerpos semienterrados en la nieve, con todo su equipamiento. “Habíamos salido con la esperanza de encontrarlos. Si no lo hacíamos nosotros, nadie lo iba a hacer”, apuntó. Con sus 21 años Francisco nunca había practicado montañismo. “Solamente salimos con la intención de encontrar a los chicos y de alguna manera hacer el trabajo que no pudieron hacer los Carabineros, el Ejército, ni nadie”. POSPONEN LA ALERTA Si bien el hallazgo se hizo el martes, ese día no se pudo dar la alerta, dejando todo para el día siguiente. Ayer, Francisco y su amigo Javier se levantaron a las 4,30 de la mañana y emprendieron el regreso a la estancia Perales, mientras en el lugar se quedaba el ex militar Fernando Bravo y Gustavo Contreras. Cuando llevaban recorrido más de la mitad del camino, alrededor de las 9 horas, surgió una pequeña señal de telefonía móvil, la que fue suficiente para comunicar a sus familiares la ansiada noticia. Estuvieron de retorno en la estancia Perales pasadas las 10 de la mañana. “Llegamos con todas las ganas de contarle al mundo que habíamos dado con los cuerpos”, destacó visiblemente emocionado. El mismo hermano de Carlos criticó las continuas postergaciones de la búsqueda por el factor climático, remarcando que ellos sin experiencia, portando mochilas con más de 20 kilos de peso y enfrentando vientos de entre 60 a 80 kilómetros por hora pudieron llegar caminando hasta el lugar sin necesidad de contar con un helicóptero. “Los 12 metros de nieve que decían jamás estuvieron”, reiteró. La familia destacó el papel que jugó el ex funcionario del Ejército, Fernando Bravo, y en su momento la perrita de Carabineros, Ninfa. Además el apoyo de la mentalista de Chimbarongo, Isabel Cristina Avila, quien entregó un mapa a mano alzada con la posible ubicación del campamento y de los jóvenes. Encontrar sus restos era apremiante. Venían las fiestas de fin de año, con todo el peso emocional que las mismas conllevan. El 27 de diciembre era el cumpleaños de Carlos Ortiz, además que al producirse los deshielos sus cuerpos podían ser presas de los animales silvestres. Los familiares que salieron en la mañana de ayer desde Punta Arenas, se mostraron fuertemente estremecidos luego de llegar a la estancia Perales y ser informados en terreno -por Francisco Ortiz y su amigo- del impactante pero a la vez tranquilizador hallazgo. RESCATE SE HARIA HOY Ayer, pasadas las 17 horas, arribó a la estancia Perales una patrulla del Gope de Carabineros, cuyos efectivos tuvieron una reunión previa en el sector a fin de analizar los antecedentes entregados por los familiares, para proceder al rescate de los cuerpos. Después de ello, en una lancha de la empresa Acuimag, los rescatistas se dirigieron por la costa hasta el cerro Chacabuco, el que iban a ascender para hacer una aproximación hasta el lugar y hoy proceder a retirar los restos. Dependiendo de las condiciones climáticas el operativo se iba a efectuar por tierra o por medio de un helicóptero. También ayer se sumaron efectivos del Ejército